CD Altura: Una palabra nueva en el vocabulario

[CD-Altura]

CD ALTURA - CLUB LA VALL 3-4

Once inicial: Abel, Rocky, Amadeo, Luis Villalba, Josete, Pina, Fran, Toni Carrillo, Juan, Javi y Rafita.

También jugaron: Óscar Escrig, Rafa, Miguel y Asier.


Después de veintitrés jornadas, el CD Altura se dio de bruces con la realidad. Aquí podría acabar la crónica. Pero aunque no nos hubiera gustado escribir de aquí a final de liga cómo es esto de perder, vamos a hacer un ejercicio de responsabilidad para contar lo que fue una tarde gris, en lo meteorológico y en lo futbolístico, claro.

Primeros minutos, primeros regalos. No había pasado ni un cuarto de hora cuando Luis Villalba derribó dentro del área al delantero de La Vall. Penalti claro, nada discutido, primer gol. Una vez más tocaba remar contracorriente en casa, pero esta vez ante uno de los equipos punteros.

La reacción fue inmediata. Toni cuelga una falta desde la izquierda, algún defensor la peina y tiene la mala suerte de que el balón despista al portero. La suerte acompañaba, pero La Vall seguía insistiendo. Más garra, más descaro, más... eso que nos gusta decir que se tiene cuando no eres mejor que el rival, en fin, que seguían atacando y se veía venir que su segundo gol podría llegar.

Y así fue, otra vez de penalti. Pero esta vez cometido por Rocky y de forma accidental. El capitán fue con todo pero llegó tarde, con tan mala suerte que se encontró la pierna de un rival por allí. El árbitro, y todo el campo, lo vio claro: once metros, segundo gol, otra vez a remar.

De nuevo, acción-reacción. Mismo protagonista, Toni Carrillo, mismo procedimiento, colgar una falta, pero esta vez desde el flanco izquierdo. Ahora no fue un golpe de suerte, fue un golpe de picardía. El portero de La Vall, convencido de que nuestro 'diez' la iba a colgar al área, pero no, la pegó por su palo, que había dejado al descubierto. Otra vez tablas.

Se creía que los nuestros, apretando un poco más, podrían hacer el tercero antes del descanso, pero otra vez volvió a suceder todo lo contrario. Primero Luis Villalba no llega a despejar un balón que escupió el cielo, con la mala suerte de que Abel midió mal su salida, y por ende, el bote, y el balón entró al fondo de la portería, otra vez sin querer.

Demasiado premio para los visitantes antes del descanso, aunque no injusto. Tras salir de vestuarios, y con Óscar Escrig sobre el terreno de juego, el CD intentó conservar el balón, y llegar más a la meta contraria. Pero el bagaje, hasta el asedio de los minutos finales, fue más bien pobre: sólo un tiro lejano de Josete que el meta rival atajó con algún problema.

Se vieron minutos de imprecisiones, pese a que se intentaba llegar: tanto Juan como Óscar conducían desde tres cuartos de campo para arriba, Toni Carrillo también lo buscaba desde la izquierda, la entrada de Miguel le dio una referencia más sólida al ataque, pero no, seguíamos siendo incapaces de crear peligro, peligro claro.

Al final sí que llegó, y antes del penalti que supuso el 3-3, Miguel remató a placer un pase de la muerte de Juan, pero uno de los centrales, que tal vez aún se esté preguntando cómo lo hizo, sacó el balón de debajo de la línea de gol. Y en otra ocasión similar, pero esta vez por alto, el portero, en la única parada de mérito que hizo en todo el partido, le quitó el balón a Miguel de la frente, cuando ya estaba todo preparado para marcar gol.

El derroche fue exigente en los minutos finales, igual que el de los de Vall d'Uxó. Su capitán y especialmente el número 11 no dudaban en recorrer, rastrear y colaborar en todas las parcelas del campo para tirar de su equipo, y además de esto, fabricaron el cuarto y definitivo gol. Con las fuerzas ya muy justitas, otro balón largo, el delantero se planta ante Abel y le batió por bajo, este fue el final de la primera derrota del CD esta temporada.

¿Injusta? Creemos que no, ¿merecida? diríamos que tampoco. En fin, ni mucho ni poco ni todo lo contrario, pero llegó ante un rival que se la jugaba si quería estar ahí, que tuvo las ideas más claras y que se encontró con dos goles de penalti y otro de un fallo defensivo en cadena y claro, ellos no iban a permitirse el lujo de recharzar esos regalos.